Para someterse a una operación de bypass gástrico, no solo hay que estar físicamente preparado, sino que también es importante disfrutar de un buen estado psicológico. Te explicamos el porqué en este artículo.
¿Cuáles son las consecuencias?
Las consecuencias de realizar un bypass gástrico son más que evidentes en el plano físico de la persona: con ayuda de esta operación, conseguirá una persona con obesidad mórbida reducir su sobrepeso en un 70% en el plazo de 5 años. Sin embargo, y considerando que muchos problemas de obesidad mórbida vienen causados por una mala alimentación provocada por un estado psicológico patológico, es importante evaluar la situación emocional de la persona. Y es que cambiar de dieta radicalmente a una persona cuya obesidad es producida por problemas psicológicos puede causar un impacto en su estado mental.
¿Qué es un bypass gástrico?
Es una operación que se realiza a persona con obesidad mórbida para quienes los tratamientos de adelgazamiento no quirúrgicos no funcionan. Es la práctica más utilizada en Estados Unidos para la obesidad, y una muy común en Europa debido a su alto grado de éxito.
Consiste en reducir el tamaño del estómago del paciente y hacer que los alimentos salten directamente del estómago al intestino delgando, eliminando así gran parte de intestino. Con esto conseguimos dos cosas: al reducir el intestino, impedimos que se absorban gran parte de las calorías que ingerimos, y al reducir el tamaño del estómago, ayudamos a que la sensación de estar saciado se más rápida, por lo que el paciente ingerirá menos alimentos.
El factor psicológico
Como decimos, muchos problemas de obesidad mórbida vienen dados de problemas psicológicos como la ansiedad. Teniendo en cuenta que esta operación requiere después un cambio de dieta y de vida total, es importante estar preparado para el cambio y que la operación sea un éxito. Se deberá seguir una dieta durante años que cambiará los hábitos alimenticios del paciente. Así que si la forma de este paciente de canalizar su ansiedad ha sido durante años la ingesta incontrolada de alimentos, deberemos tener un control psicológico sobre éste. Para ello, el examen psicológico tendrá en cuenta lo siguientes aspectos:
- Estudio de la procedencia, ambiente socioeconómico, cultural y social del paciente que le han llevado a esos hábitos alimenticios.
- Psicoeducación: Evaluar la capacidad del paciente de entender los riesgos y cambios de por vida de la cirugía a la que se someter
- Identificar los retos postoperatorios: Asimilarlos por parte el paciente y llevarlos a cabo para asegurar el éxito de la intervención.
- Estudio de los hábitos alimenticios: Frecuencia con la que ingiere alimentos, nivel de ansiedad al hacerlo, impulsividad y tolerancia a la frustración.
- Posibles patologías del paciente: Trastorno de ánimo o ansiedad, trastorno de personalidad, trastornos alimenticios…
Los trastornos psicológicos son bastante frecuentes en las personas que se someten a este tipo de operación. La cirugía solo cura el estado físico de la persona, por eso importante que durante el proceso, el paciente vaya acompañado de un seguimiento psicológicos para afrontar esos trastornos que la cirugía no cura, y que son imprescindibles de aliminar para la total recuperación del paciente.