El estrés del trabajo y estar sin movimiento durante la jornada laboral puede afectar tu salud y estado de animo.
¿Pasas innumerables horas en frente de una pantalla? ¿Con muchos papeles, estadísticas, noticias, teléfono, tablet…? Continúa leyendo este artículo para que tus labores no afecten tu salud:
¿Qué es el estrés?
En tiempos ancestrales, el estrés se presentaba cuando llegaba el momento de cazar y no encontrábamos ante un animal peligroso. En ese momento, el cuerpo reacciona de tres maneras: huyendo, luchando o bloqueándose. Pero en todas ellas ocurre una reacción del sistema nervioso autónomo (ese que no podemos controlar a nuestra voluntad).
Entonces, ¿cómo reaccionamos ante el estrés? A nivel cerebral, la actividad se dirige al sistema límbico y deja la parte frontal, que es la que nos da la posibilidad de pensar con claridad (la que nos diferencia de otras especies animales).
Toda la sangre se dirige a los músculos, aumenta el tono muscular, el aparato digestivo se bloquea, respiramos rápidamente, el corazón va más rápido. Se libera adrenalina, se consume mucha energía y mucha glucosa. El sistema inmunitario (el de las defensas) se ve debilitado y la ATM (las articulaciones de la boca) reacciona contrayendo la mandíbula.
Una vez que habíamos actuado ante el animal, el estrés se desvanecía. Es cierto, actualmente no pasamos por situaciones de ese tipo, entonces, ¿qué ocurre? Nuestro cuerpo muestra señales de estrés ante situaciones cotidianas que no podemos resolver – o al menos no fácilmente. Y al no encontrar solución, comienzan a aparecer síntomas como dolor de cabeza, de espalda, estreñimiento, eccemas, anemia, insomnio…
Sedentarismo
Pasar mucho tiempo en una misma posición, es decir, muy poca actividad física, como estar sentado, causa que los músculos posteriores de las piernas se acorten, la parte lumbar deja de presentar la curva fisiológica, empeora la cifosis dorsal y la cabeza se inclina hacia delante, provocando que ciertos músculos cervicales y mandibulares dejen de estar en equilibrio.
Los síntomas que se pueden presentar seguro los conozcas: cefaleas, tortícolis, dolor de cuello, vértigos, contracturas en la espalda, ciática, lumbalgia, calambres, mala circulación… pero la buena noticia es que estamos en la capacidad de dar un giro a esta situación. ¿Cómo? Acá te presentamos algunos consejos de salud para freelance autónomos que puedes llevar a cabo con mucha facilidad.
- Revisa dónde trabajas y tus posturas
Debes sentirte cómodo en la oficina. Tu posición en relación a la mesa y la altura de la silla son aspectos importantes. Los ojos deberían mirar directamente hacia delante, de manera que la cabeza esté en armonía con la espada. Los codos descansando y las muñecas alineadas a este. Puedes encontrar en tiendas de ofimática rulos lumbares para apoyar la espalda. - Ilumina bien la estancia
La iluminación es otro punto, importante. Trabajamos mejor cuando la luz es adecuada. Como recomendación: puedes tener fotografías, flores, o por ejemplo, alguna pecera, que te relaje mientras estás trabajando. - Presta atención a tus gestos
Realiza un autoevaluación, y presta atención a los movimientos y gestos que haces para realizar las diferentes acciones durante la jornada laboral, y determina si lo estás haciendo de la mejor manera. Muévete mientras trabajas, levántate. La idea no es quedarse sentado todo el día. - Bebe agua
Muchas veces estas tan metido en el trabajo, que no solo se te olvida moverte, sino también hidratarte. Es bien sabido, según estudios, que deberíamos consumir un vaso de agua por cada 10 kilos de peso. Pero no te confundas, agua no es lo mismo que refrescos, cerveza o infusiones, ¡cuidado! - Come bien
La alimentación es un aspecto fundamental en nuestras vidas, y no se trata de hacer dieta para bajar de peso, sino de consumir los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para lograr un buen funcionamiento.
Si nos nutrimos de alimentos procesados (comidas preparadas o enlatadas), fritos, dulces o bebidas azucaradas, dejamos de aportar las vitaminas y minerales necesarios para realizar las funciones vitales con normalidad, y por consiguiente estaremos poniendo un granito de arena para que el estrés se presente con más frecuencia.
No se trata de ser estrictos, sino de que los excesos sean esporádicos. Consume frutas entre comidas, y trata de consumir alimentos que sean fuente de energía para tu organismo. - Haz deporte
¡Qué mejor manera de combatir el sedentarismo sino haciendo deporte! Los desequilibrios musculares por posturas prolongadas, crean contracturas, rigidez, falta de oxígeno en las células y un desgaste de energía enorme para compensar todo lo anterior. Es importante incluir alguna actividad física para que no acabemos siendo un cuatro.
Lo ideal es que disfrutemos haciéndolo. Manejar bici, trotar, caminar, practicar futbol, o algún otro deporte que te apasione. Cada persona es libre de escoger lo que le gusta, lo importante es ¡moverse! - Respira
Como bien sabemos, muchas de las dolencias comunes resultan en una carencia de oxígeno celular. Entonces, prestar atención a cómo respiramos y hacerlo con calma nos permitirá oxigenar mejor nuestras células.