Correr es un ejercicio que es bueno para tu sistema cardiovascular y puede ayudarte a perder peso. Sin embargo, tienes que saber que hay determinados factores por los que la carrera no es muchas veces la mejor forma de adelgazar. ¿Quieres saber por qué? ¡Te lo explicamos!
El dilema: ¿Correr o no correr?
Correr supone un ejercicio muy completo para tu cuerpo ya que pone en marcha muchos músculos y articulaciones. Por eso, muchas veces si se hace de forma errónea puede conducir a problemas con los que querríamos encontrarnos.
Al correr el cuerpo necesita mucho oxígeno, por lo que los pulmones y el corazón trabajan más. Esto es genial para tu sistema cardiovascular (prevenir tensión alta o ataques al corazón). Pero también, al correr, se fuerzan músculos (especialmente si no aprendemos a estirar bien antes de empezar) y articulaciones. Correr hace que todo el peso del cuerpo caiga dando saltos sobre nuestros pies. Por eso, no es inusual encontrarnos con lesiones en articulaciones, problemas con la rodilla o dolores en la espalda o los tobillos.
Si bien es verdad que corriendo se consumen muchas calorías, debes saber que si practicas este ejercicio con el fin de perder peso, tendrás que completar tu plan deportivo con algo más que la carrera.
¿Por qué corro y no adelgazo?
Seguramente muchos de vosotros os habéis hecho esta pregunta después de estar machacándoos, corriendo kilómetros y sin parar y comprobar que vuestro peso no baja. Aquí van las 5 razones más probables:
- Tu entrenamiento es siempre el mismo: Si sigues un plan en el que corres el mismo tiempo y con la misma intensidad un número invariables de días a la semana, verás que tu peso no baja. El organismo es una máquina muy inteligente. Por eso, cuando uno se acostumbra a una rutina de ejercicio y no la varía, el cuerpo aprende a gastar menos calorías. Esto ocurre debido a un cambio en el metabolismo en el que nuestro cuerpo aprende a ahorrar energías si se practica siempre el mismo deporte. Por eso, si no cambias nunca el ejercicio, verás que cada vez adelgazas menos una vez que tu cuerpo se ha acostumbrado.
- Corres más tiempo, pero no más intensamente: Según todos los estudios, las personas que realizan un ejercicio moderado durante mucho tiempo, tienden a perder menos peso que los que realizan ejercicio intenso de duración corta. Es verdad que correr durante una hora a velocidad moderada hace que tu cuerpo esté en forma y tengas mucho fondo. Pero no ayuda a quemar calorías. Si quieres adelgazar, corre menos pero más rápido.
- Te centras demasiado en tu calorías: Correr consume calorías, está claro. Pero supone solo un breve tiempo de tu vida. Ten en cuenta que durante el día, en actividades normales, también quemas calorías, y también las consumes. No sirve si te centras solo en las calorías que quemas corriendo y luego comes alimentos con grasa o utilizas o el coche y el ascensor a diario.
- No pruebas otras formas de cardio: Correr no es el único deporte cardiovascular. Si ves que no adelgazas, prueba con las clases aeróbicas del gimnasio, la máquina elíptica o la bici.
- Corres demasiado: No es el problemas más común, pero hay a gente a la que le ocurre. El deporte es estrés para tu cuerpo, se libera cortisol. Esta sustancia en tu cuerpo es buena, mientras no la segregues en abundancia. En ese caso, la insulina no trabajará bien en tu cuerpo y los azúcares no se digerirán correctamente dando lugar a la aparición de grasa.
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